¿Dios estaba allí cuando ocurrió el holocausto? ¿Podría haberlo parado? ¿Por qué la gente sufrió tanto? Estas y muchas otras preguntas agonizantes se enfocan en este escrito acerca de la soberanía de Dios.
Quizás a más de 13 años de iniciado el siglo 21 Auschwitz y el holocausto no sean una preocupación acuciante para nuestros jóvenes, ¡incluso si son cristianos!. Me conmueve pensar qué habrá sentido el profeta Habacuc después que se consumó la invación de los caldeos a su pueblo. No soy un conocedor profundo de la historia judía, pero imagino que en ese momento dejó de florecer la higuera; y la vid negó sus frutos y su sombra al caminante cansado y hambriento; y no hubo mantenimiento, ni vacas en los corrales. El tema del holocausto me obliga a pensar que el pecado no es una abstracción nacida de mentes afiebradas, sino una terrible realidad. ¿Es que las cadenas que ataron al diablo por mil años se occidaron con el tiempo?. Por supuesto que Dios sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre. La sangre de millones de mártires a lo largo de la historia humana solo hace una cosa, confirmar que el pecado es una horrible realidad, que el león rugiente no descansa, buscando a quién devorar.
Gracias a obrero fiel por poner a nuestra consideración un tema fundamental para fortalecer nuestra fe en estos días de farándula y liviandad. Auschwitz es una espina más en la corona de >Jesús crucificado. Pero tenemos la certeza que la tumba no pudo retenerlo, sabemos y sentimos que su gloria trascenderá al sol que nos alumbra y brillará para siempre. Que el Dios de Moisés, de Pedro, y de tantos cristianos , como los que leemos estas páginas por ejemplo, nos bendiga ricamente.
Luis Ingunza –
Quizás a más de 13 años de iniciado el siglo 21 Auschwitz y el holocausto no sean una preocupación acuciante para nuestros jóvenes, ¡incluso si son cristianos!. Me conmueve pensar qué habrá sentido el profeta Habacuc después que se consumó la invación de los caldeos a su pueblo. No soy un conocedor profundo de la historia judía, pero imagino que en ese momento dejó de florecer la higuera; y la vid negó sus frutos y su sombra al caminante cansado y hambriento; y no hubo mantenimiento, ni vacas en los corrales. El tema del holocausto me obliga a pensar que el pecado no es una abstracción nacida de mentes afiebradas, sino una terrible realidad. ¿Es que las cadenas que ataron al diablo por mil años se occidaron con el tiempo?. Por supuesto que Dios sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre. La sangre de millones de mártires a lo largo de la historia humana solo hace una cosa, confirmar que el pecado es una horrible realidad, que el león rugiente no descansa, buscando a quién devorar.
Gracias a obrero fiel por poner a nuestra consideración un tema fundamental para fortalecer nuestra fe en estos días de farándula y liviandad. Auschwitz es una espina más en la corona de >Jesús crucificado. Pero tenemos la certeza que la tumba no pudo retenerlo, sabemos y sentimos que su gloria trascenderá al sol que nos alumbra y brillará para siempre. Que el Dios de Moisés, de Pedro, y de tantos cristianos , como los que leemos estas páginas por ejemplo, nos bendiga ricamente.