Discurso en Japón

¿Ha tenido alguna vez problemas con la traducción? ¡Creo que a todos nos ha tocado problemas así! Entonces, va a entender muy bien lo que pasó a este señor. Un colega mío fue invitado a dar un discurso en Japón.  Sabiendo que tenía reputación como un orador excelente, se sorprendió cuando la audiencia no reaccionó de ninguna manera a sus chistes y agudezas.  De hecho, la audiencia no reaccionó a nada de lo que dijo. Sintiéndose un poco desinflado, se sentó después de su discurso y en eso un caballero japonés se paró a la plataforma.  ¡Parecía que este señor tuvo gran éxito!  La gente se rió y aplaudió, y aunque el invitado no entendía ni una palabra de lo dicho, comenzó a aplaudir, porque obviamente el caballero merecía elogios por un discurso perfecto. Le interrumpió el presidente de la conferencia, diciendo, “No, no señor.  No debe usted aplaudir”.  “¿Y por qué no?  Obviamente es un conferencista excelente”. “No señor, no debe aplaudir. Él estaba traduciendo el discurso suyo”.